Interesante entrevista a Bigas Luna en el periodico larazon.es
Tiene dos estrenos pendientes. El ambicioso montaje audiovisual que ha hecho para el pabellón español de la exposición de Shanghái y su nueva película, «Di Di Hollywood», con Elsa Pataky, un filme sobre las actrices que llegan a la Meca y que ahora disecciona en esta entrevista.
Bigas Luna se entretiene hojeando el regalo que le acaba de hacer un periodista chino: un largo reportaje sobre su filmografía publicado en una revista de Shanghái. El director de «Jamón, Jamón» y «Huevos de oro» cuenta con seguidores hasta en el complicado y ultra-censurado mercado chino, donde sus películas subidas de tono se cuelan gracias a internet y las copias piratas. Quizá por su proyección internacional se pensó en él para la primera parte de un montaje audiovisual en el que también participan Isabel Coixet y Basilio Martín Patino. Nos ha costado más de 11,5 millones de euros y será el plato fuerte del pabellón español en la Exposición Universal de Shanghái 2010.
-En los primeros seis minutos que le tocó hacer a usted hay flamenco, hay fútbol y hay toros. España y sus tópicos. ¿Sigue siendo la mejor forma de vendernos?
-Yo creo que es una realidad. El objetivo de mi sala es hablar del origen del país, y lo que yo pretendía es bañar a los chinos en una descarga de ADN ibérico. Empieza con una piedra de Atapuerta y acaba con una pelota de fútbol como icono del siglo XXI. Hoy lo que más gente mueve es una pelota.
-Los chinos son gente bastante pragmática. ¿Confía en engancharlos con la llamada «pasión española»?
-Desde luego. A los que lo han visto les impacta y les emociona. Además, China es el país que más ajo consume del mundo. Yo digo que la relación entre España y China es el ajo.
-Su última película, «Di Di Hollywood», está ya terminada y se estrenará el próximo noviembre. Muchos esperan una Elsa Pataky más atrevida que nunca, por decirlo de alguna manera. ¿De qué trata el filme?
-Es la historia de una chica española que quiere triunfar en Hollywood. Y hay una frase que resume el argumento: «Cuidado con lo que deseas, porque vas a conseguirlo».
-Habla del lado oscuro en la carrera de una estrella en busca del sueño americano. ¿No?
-Sí, detrás de las joyas, los coches, las fotos y todo eso hay mucha miseria humana.
-¿En qué sentido?
-En el sentido de que una actriz sale de un coche con un collar de Chopard y van dos guardaespaldas detrás. Cuando ella va al baño, tiene que dejarles el collar a los guardaespaldas. Y a las doce de la noche se lo llevaron. En la propia película pasó: nos prestaron uno de estos collares y vinieron los guardaespaldas, así que acabé rodando con ellos de por medio.
-Mucha gente no entiende que lo pasen tan mal teniéndolo todo.
-Es difícil, porque hoy te quieren mucho y te hacen muchas entrevistas, pero mañana no, y ya no tienes trabajo. Los agentes, los abogados... Si eres muy débil y no te das cuenta de lo que te está pasando, vale, pero si tienes una personalidad fuerte, pues te genera cierta histeria.
-¿Y por qué los actores se lían entre ellos y no con los políticos, los futbolistas o los panaderos?
-Las historias de amor en la pantalla son ficción, pero, de algún modo, están ocurriendo, porque aunque sean simulaciones hay un contacto físico y una serie de cosas que están ahí. A veces también es un juego de intereses. Hay actrices y actores que lo usan para salir en la prensa y hacerse promoción. Muchas veces son montajes, y en «Di Di Hollywood» explico con pelos y señales cómo se hacen.
-Triunfar en Hollywood hablando inglés con acento hispano no creo que sea sencillo.
-Es básico hablar bien inglés o incluso parecer anglosajón. Si tienes pinta de latina ya sabes que tu futuro es salir haciendo las secuencias de desnudo que las americanas no quieren hacer, o de camarera de Tijuana, o de señora de la limpieza y cosas así.
-¿Cuáles son los pasos que generalmente siguen las actrices para incorporarse al mundo del cine en Estados Unidos?
-Muchos. Por ejemplo, el actor importante con el que tienen un romance, el agente que se aprovecha al inicio, la llegada del gran agente y luego del actor más importante. Se podría hacer una guía.
-En España existen numerosos actores, directores y profesionales relacionados con el mundo del espectáculo que suelen dar ruedas de prensa sobre asuntos políticos. ¿A usted qué le parece?
-A mí no me gusta. Creo que mi trabajo y mi ideología están en las películas que hago. El activismo político personalmente no me interesa.
-¿Y cuando ve que hay otros que lo hacen?
-Pienso que se equivocan, pero allá ellos. Están encantados haciéndolo.
-¿Usted cree que lo hacen por ganar protagonismo?
-Es un medio, el nuestro, en el que existe mucha exposición mediática, y los políticos muchas veces se acercan para intentar captarte porque saben que eres una persona conocida. A mí no me gusta que hagan eso. Además, en mi caso, quizá por mi edad, tengo amigos en casi todas las áreas políticas.
-Usted es una persona apasionada por internet. ¿La red es un serio peligro para la industria cultural?
-Yo creo que estamos viviendo la Edad Media de la era digital porque todo el dinero que mueve internet se lo quedan los operadores de telefonía. Ellos son el gran señor feudal. Faltan de uno a tres años, y entonces llegaremos a la edad de oro de la era digital, cuando el dinero vaya a parar en parte a quien motiva que haya gente navegando a todas horas.
-¿Y mientras tanto a quién protege la SGAE?
-Para mí, el fallo de las sociedades que gestionan derechos es que quieren sacarle dinero al más pobre. Deberían sacarle dinero al más rico. «Yo soy la Juani» ha tenido 2,5 millones de descargas controladas. A esta gente que quiere ver mis películas yo les pondría una alfombra. Deberían ir contra las compañías de telecomunicaciones, pero no se atreven.
-¿Cuáles son los países desde los que más se descargan sus películas por internet?
-Algunas van mucho mejor, por ejemplo, en Italia que en España. Generalmente, fuera de España, los países donde más se conoce mi obra cinematográfica son Italia y Japón.
- ¿Y qué le parece el cine chino? No paran de ganar festivales pero luego sus películas apenas tienen público en Europa.
-Se mueven muy bien en certámenes, sí, pero el cine depende de la distribución norteamericana en un 95 por ciento. En España no solamente no llega el cine procedente de China, tampoco el alemán, el polaco, el inglés o el checo... Los norteamericanos son los que controlan el cine y quieren barrer con el resto.
-¿Qué me dice de la proyección internacional que está viviendo el cine español?
-Es un milagro. Tenemos una industria diez veces inferior a la francesa y la gente conoce más a los españoles que a los franceses en el extranjero. Creo que es porque a los extranjeros les parece una cosa más étnica, diferente, moderna, quizá exótica.
Pataky, entre Pe y Carmen Sevilla
Todos los directores tienen sus musas. Son esas actrices que se convierten en embajadoras de una parte de su filmografía; el rostro inconfundible y femenino de sus trabajos. Bigas Luna siempre ha apostado fuerte en este sentido. En sus cintas ha dado la oportunidad a muchas mujeres. Ahora se atreve con una de las más deseadas. Una actriz cuya sensualidad rebasa las fronteras hispanas. Más conocida actualmente por las portadas de las revistas que ha acaparado que por los papeles que hasta ahora ha interpretado (salvo en el filme «Ninette», de José Luis Garci), Bigas Luna afronta el desafío de revelarnos todo el potencial de Elsa Pataky. Cuando se le pregunta si va a dar la talla, no duda un segundo en responder: «Ella está muy bien en la película. Yo la conocí cuando todavía salía con Fonsi Nieto. Vi a esa rubia en medio de todo aquel contexto y me pareció una chica muy interesante con la que deseaba hacer una película». Un augurio. O una corazonada. Da lo mismo. Es muy probable que la actriz haya afrontado esta película como una gran oportunidad para dejar atrás los estereotipos en los que se la ha encasillado. Para sacar adelante su personaje, dicen que Pataky se ha inspirado en Carmen Sevilla, por un lado, y, por otro, en Penélope Cruz. «Pero no sólo en ellas, también en Sara Montiel, la misma Pataky, Paz Vega… –explica Bigas Luna–. Y también en muchas latinas. Su forma de desembarcar en Hollywood sigue un proceso muy similar. Justamente de ahí es de donde sale el guión de mi película».
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