lunes, 29 de septiembre de 2008
Manuel Gutiérrez Aragón anuncia que no volverá ha rodar más películas
-¿Le podemos llamar ex director?
-Quizá me adelanté mucho al decirlo. Tampoco era mi intención hacerlo público, pero en el transcurso de una charla, en agosto, me hicieron la clásica pregunta sobre el próximo proyecto. Contesté que no tenía. "Alguno tendrás", me dijeron. "No, tampoco es obligatorio hacer películas", respondí. Me cuestionaron sobre si eso significaba que iba a dejar el cine y respondí que seguramente sí. Nunca he dado muchas explicaciones sobre el asunto, pero siempre he pensado que más vale poner uno el punto final antes de que te lo pongan otros. Retirarse a tiempo siempre me ha parecido saludable. Mi única reflexión es que yo al cine le debo todo, mi vida, pero ha llegado el momento de poner el punto final. Pero que deje de dirigir películas no significa que abandone el cine. Soy presidente de una cosa que se llama Instituto Buñuel y que está destinada a promocionar el cine iberoamericano y a ayudar a la gente a hacer películas. Seguiré vinculado al cine y eso supongo, espero, que me dará satisfacciones. Pero dirigir películas, definitivamente no.
-Ha dicho que de ahora en adelante tal vez no podría seguir haciendo las películas que quiere hacer. ¿Por qué?
-Es muy probable. Tal y como está la industria del cine, cada vez te quitan alguna semana más de rodaje. Ahora, las películas tienen que ser o muy grandes o muy pequeñas, muy personales, de cuatro semanas, que a mí me serían más afines? Lo que ocurre es que yo no sé rodar una película en cuatro semanas, necesito nueve. Y el cine independiente, el cine medio, el cine de los cineastas, está en precario y cada vez las condiciones para hacerlo son peores. Por eso antes de que empeoren más, prefiero quitarme del medio. Que conste que no tengo rencor ni acuso a nadie, ni a los poderes públicos, ni a los americanos, ni a los infiernos. Es una reflexión y una decisión personal.
-¿Cuanta gente le ha pedido que siga?
-Después del anuncio hubo muchas llamadas, pero decidí que no iba a seguir dando explicaciones, porque me parecía como asistir a mi propio funeral. Ésta es la primera vez que hablo de ello.
-¿Qué le ha dado y qué ha recibido del cine?
-He vivido del cine, que no es poco. Todos llevamos un rótulo y el mío es tal vez el de ´cineasta de la transición´. No sé si lo soy, entre otras cosas porque ha habido otros, pero considero un privilegio lo poco que haya podido hacer para reflejar un momento tan cambiante, tan interesante, de la historia de España, y que no supuso sólo un cambio político, sino sobre todo un cambio social y de costumbres. Ese rótulo, que creo que me lo puso Vázquez Montalbán, me gusta, me acojo a él. Por lo demás, he hecho un cine a veces muy difícil, distinto, más radical quizá, sobre todo en mis primeras películas, y esa etapa también me gusta mucho.
-¿Qué deja en su última cinta, ´Todos estamos invitados´?
-Ahí dejé mi cine personal, mi manera de narrar a veces más hermética y me esforcé por hacer una película que llegara a más gente, más clara, no tan personal, pero que quedara como testimonio de una época terrible como es ésta del terrorismo. Ha sido en realidad mi último esfuerzo, porque la decisión de irme del cine estaba tomada antes de hacerla.
-Usted ha dicho que el modelo de cine está cambiando. ¿Hacia donde?
-Las películas son o muy grandes o casi domésticas. De éstas, algunas tienen mucho éxito, pero para eso hay que hacer muchas. Esto es un sistema de prueba y error, para que salga una buena tiene que haber muchas mediocres o malas. Lo que sí está más en precario es lo que antes llamábamos cine independiente, un cine que todavía podría llegar a mucha gente teniendo un presupuesto válido. Eso es lo que está profundamente en crisis, una película media capaz de contentar tanto a los cinéfilos más exigentes como a la gente que normalmente iba al cine.
-¿Hay aquí más creadores brillantes que gente interesada en ver lo que hacen?
-Seguramente sí. La gente tiene una percepción a veces negativa del cine español porque aquí se ven todas las películas. Si vieran todas las francesas, se quedarían horrorizados, pero llegan sólo las mejores. En España, se hacen cada año dos o tres excelentes películas y eso no está mal. Antes tienes el paladar estragado de otras muchas, es cierto, pero en España se hace un cine muy refinado, como el de Rosales o el de Almodóvar, que es apreciado en el mundo. Por otra parte, el cine en España siempre ha estado apoyado por los poderes públicos, aunque ya sé que mis colegas, y yo mismo, nos quejamos mucho.
-¿Qué hacemos entonces para atraer espectadores a las salas?
-A las salas, difícilmente. El cine ahora se ve en DVD, en televisión y en internet. El modelo está cambiando y ese cambio está pegando con fuerza a la industria en todo el mundo. Se hacen tantas películas buenas ahora mismo como en los años cincuenta o sesenta, la que muchos consideran la edad dorada del cine. A mí, en su día, me atrajo el cine italiano, muy crítico, y la puesta en escena, que es lo que siempre me ha gustado más de este oficio, esa labor visual y no literaria. Esas dos cosas son precisamente las que no están tan claras ahora mismo, que el cine sea crítico y la puesta en escena, que es muy cara. En las series que vemos en televisión, por ejemplo, el diálogo es lo mismo que lo que se ve. Eso no me gusta.
-¿Es cierto que le ofrecieron ´Todos estamos invitados´ en la manta?
-Sí, y juraría que incluso antes de estrenarse. Yo miraba y el vendedor me dijo "¿la quiere?". "No, ya la he visto", contesté. Hay directores a los que les hace gracia; a mí, ninguna. Eso es lo que ha traído la gran crisis del cine. El ´top manta´, eso sí, es un fenómeno sólo español, por el mundo no se ve por la calle. Y no es nada comparado con lo que se ve en internet.
-Usted presidió la SGAE. ¿Le gusta el canon digital?
-Si tiene tan mala prensa es porque se ve. Se sabe que tiene un destino concreto, a diferencia de los impuestos. La gente tiene una visión muy curiosa de los artistas, piensan que son o muy ricos o muy bohemios, cuando en medio están los miles y miles de creadores que ni son muy ricos ni muy bohemios. A esos va el canon digital.
-Eligen a ´Los girasoles ciegos´ para representar a España en los Oscar.
-Me parece muy bien, porque como el Oscar queda aún muy lejos, eso es ahora sobre todo un reclamo comercial.
laopiniondemalaga
miércoles, 17 de septiembre de 2008
Pedro Almodóvar concluye el rodaje de Los abrazos rotos
El director español Pedro Almodovar terminó durante el fin de semana el rodaje de su última película, "Los abrazos rotos", protagonizada por Penélope Cruz, cuyo estreno está previsto en el primer trimestre de 2009.
Almodóvar rodó las últimas escenas del filme, el más caro y largo de su filmografía, en el hospital Quirón de Madrid en la madrugada del sábado, indicó el centro en un comunicado este lunes.
"Los abrazos rotos", "un drama con tintes muy negros de thriller que encierra una gran historia romántica a cuatro bandas", según explicó Almodóvar antes de comenzar el rodaje en mayo en la isla canaria de Lanzarote, está interpretada también por Lluís Homar, Blanca Portillo y José Luis Gómez.
El mexicano Rodrigo Prieto estuvo al cargo de la fotografía del filme y la música la compondrá el español Alberto Iglesias.